Cada 3 de Marzo se conmemora el día Día Mundial de la Naturaleza o, también conocido, como el Día Mundial de la Vida Silvestre. La fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de Diciembre de 2013 al cumplirse aniversario de la aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, sus siglas en inglés). Este tratado surge inicialmente en 1963 luego de ser aprobado por los miembros de la La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sin embargo, el texto final fue acordado el 3 de marzo de 1973 por representantes de 80 países, fecha designada para recordar la importancia de velar por la protección de la vida silvestre frente al avance del comercio internacional. 

La Convención incluye a más de 37.000 especies de animales y plantas otorgando diferentes grados de protección. El objetivo principal es que el comercio no constituya una amenaza para la supervivencia de la vida silvestre. Al ser una actividad que trasciende fronteras entre países fue necesaria una reglamentación que acuda a la cooperación internacional.

Actualmente existen múltiples factores que atentan contra la conservación de la vida silvestre, alternados entre la acción directa del hombre y las consecuencias del cambio climático. 

En relación a la fauna, el mascotismo es uno de los principales causantes del tráfico ilegal. Este término hace referencia a la acción de retener animales silvestres en un domicilio particular como si fuesen animales de compañía.  En nuestro país más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos son afectados por esta problemática. Esto representa una amenaza para la conservación de la biodiversidad y, además, un ingreso potencial de especies exóticas invasoras y generadoras de enfermedades.  Si la actividad humana continua invadiendo los ecosistemas y alterando la fauna silvestre, los patógenos presentes en estas especies se pueden propagar al ganado y a los seres humanos, aumentando el riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas.

Por su parte, la conservación de la flora es imprescindible por su capacidad para transformar el dióxido de carbono (CO2) en oxígeno (O2), como por su aporte a la estructura y fertilidad del suelo, evitando la erosión, favoreciendo en su compactación y nutrición. Además, las plantas y arbustos brindan refugio y alimento para la mayoría de las especies animales.

Otras acciones nocivas para la vida silvestre son: la caza furtiva, la pesca excesiva, la invasión y destrucción de hábitats naturales, la proliferación de especies invasoras, la deforestación, la expansión urbana, el uso de herbicidas y actividades extractivas como la tala y la minera ilegal.

La flora y la fauna silvestre cumplen funciones vitales para el ambiente. El intercambio que se produce entre ambas especies es fundamental para el equilibrio del ecosistema. Es necesario reconciliar la existencia del ser humano con las demás formas de vida, minimizar el impacto de las acciones del hombre y reparar los daños que ya han sido ocasionados en contra de la naturaleza. Conmemorar este día nos recuerda la importancia de proteger y cuidar nuestra flora y fauna silvestre, tanto por su valor intrínseco como así también por los múltiples beneficios que la biodiversidad trae para la humanidad y para la vida en la Tierra.