Fundación Espacios Verdes

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Organización sin fines de lucro con la misión de promover la mejora en la calidad de vida en armonía con la naturaleza a través de la Educación Ambiental.

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17 de Junio. Día Internacional de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

En la Cumbre de la Tierra de Río de 1992 se identificaron estos problemas: desertificación, cambio climático y pérdida de la biodiversidad.
Luego, la Asamblea General de 1994, estableció la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (CNULD-UNCCD) como el único acuerdo internacional legal que vincula el medio ambiente y el desarrollo con la gestión sostenible de la tierra, y declaró el 17 de junio “Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la sequía” (Resolución A/RES/49/115).
En el 2007, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el “Decenio de las Naciones Unidas para los Desiertos y la lucha contra la Desertificación 2010-2020” con el fin de movilizar la acción mundial para luchar contra la degradación de la tierra, y fue dirigida nuevamente por la UNCCD. La declaración del periodo 2021-2030 como la “Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas” es un esfuerzo para los próximos 10 años que pretende detener y revertir el deterioro del mundo natural.

Según la ONU, “La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este proceso no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.”

Sumado a los procesos naturales de acción del viento, las lluvias y los ríos que movilizan material del suelo (erosión) debemos contemplar las actividades humanas que los degradan con la agricultura, ganadería, minería, tala indiscriminada y por supuesto, el cambio climático acelerado por la misma acción humana. Por esta razón, se observan zonas con mayor cantidad de precipitaciones y otras donde tienden a ser cada vez más áridas. Esto ocasiona el aumento de tierras empobrecidas que se van convirtiendo en desiertos.

Este problema repercute en las zonas habitables para la diversidad biológica, y por esto, el contacto con animales silvestres es más frecuente y trae como consecuencia la transmisión de enfermedades infecciosas hacia los humanos (por ejemplo la actual pandemia a raíz del SARS-CoV-2). La difícil obtención de alimentos para las personas conlleva a un aumento de la pobreza e imposibilita el desarrollo sostenible. Una afirmación de la ONU dice que “Millones de personas se verán desplazadas en los próximos años como consecuencia de la desertificación” y esto es por efecto del agotamiento de los nutrientes del suelo y los acuíferos subterráneos.

A nivel global es importante la restauración de las tierras degradadas ya que, como vimos, está directamente relacionada con la pobreza y en este sentido contribuye a la creación de empleos y la adquisición de alimentos. Al recuperar la capa vegetal que cubre los suelos, por un lado, se incrementa la captación de dióxido de carbono (uno de los gases de efecto invernadero, que contribuye al calentamiento global), por otro lado, se generan ambientes propicios para la fauna asociada y por otro, esta capa permite la absorción de agua y evita el escurrimiento con la consecuente erosión de la tierra. En relación a la actual pandemia, restaurar ambientes minimiza el contacto directo con animales silvestres y la transmisión de zoonosis. En resumidas, se estaría garantizando la salud ambiental y la supervivencia tanto de seres vivos como de nuestro Planeta Tierra.

¿Cómo podemos ayudar?
Difundiendo la problemática. Mientras más seamos quienes conozcamos este tema, mejores hábitos podremos adoptar en nuestros hogares y lugares de trabajo y así, transmitir a otras personas.
Cuidar el consumo de agua diario es un gran aporte.
Promover el consumo en mercados locales (de esta forma evitamos largos traslados de mercadería que deja un impacto en el ambiente: la huella de carbono).
Podemos unirnos a grupos de vecinos, o alguna ONG, que realice tareas de recuperación de ambientes, reforestando con especies nativas de cada región que además proveerán un ambiente seguro para la fauna local.
Así mismo, podemos solicitar a los gobiernos que tomen el tema y desarrollen medidas acordes para cumplir con la restauración de los ambientes y prevenir el avance de la desertificación.

Podés seguir leyendo:

https://www.unccd.int/

https://www.un.org/es/observances/desertification-day

Laura Ruiz

Técnica Universitaria en Conservación de la Biodiversidad

Educadora ambiental. Divulgadora Naturalista

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