El 22 de Marzo de cada año se conmemora el Día Mundial del Agua. La iniciativa se presentó en 1992 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro, también conocida como la Cumbre para la Tierra. En este encuentro el objetivo fundamental fue producir una agenda integral y un nuevo plan de acción internacional sobre cuestiones ambientales y de desarrollo. En tal sentido, la Asamblea General establece esta fecha desde 1993 para generar conciencia sobre el valor multidimensional del agua como recurso esencial para la vida, la importancia de garantizar su disponibilidad y su gestión sostenible.
El agua es indispensable para la vida en la Tierra. El planeta cuenta con un 70% de este recurso, de los cuales 97.5% se encuentra en los océanos y mares de agua salada y tan solo el 2.5% es agua dulce apta para el consumo humano. Todos los seres vivos dependen del agua para vivir. La humanidad necesita de este recurso tanto para el consumo doméstico como para el desarrollo de actividades industriales y agrícolas. El acceso universal como su proceso de saneamiento es un derecho humano. Sin embargo, miles de millones de personas aún carecen de acceso a servicios de agua potable. En el año 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 como parte de la Agenda 2030: asegurar la disponibilidad de agua y saneamiento para que exista un acceso universal y equitativo. La necesidad de adoptar medidas hídricas para abordar este problema mundial es clave si se pretende garantizar una calidad de vida digna y evitar enfermedades asociadas a la falta de higiene.
Por otra parte, el cuidado del agua como recurso natural renovable pero limitado es otro de los puntos a considerar. El impacto del cambio climático puede afectar la cantidad y calidad del agua. Un ciclo gestionado de forma sostenible es fundamental para la humanidad y la integridad de la Naturaleza. Es necesario, por lo tanto, trabajar de forma individual y colectiva en el cuidado de este valioso recurso. Asumiendo este compromiso, algunas medidas sustentables para evitar su desperdicio son:
- No exceder las duchas por más de 5 minutos.
- Cerrar la canilla mientras se cepillan los dientes, al afeitarse o lavarse las manos. Lo mismo aplica a la hora de lavar los platos.
- Controlar que no haya pérdidas de agua en griferías, inodoros y cañerías.
- Los días de lluvia, juntar agua para regar las plantas o lavar el auto (es importante que el agua acumulada permanezca tapada para evitar larvas de mosquitos)
- No tirar restos de comida, aceite, ni productos químicos por el inodoro o desagüe.