Por Andrea Truffa – Docente y Comunicadora ambiental
El pasado 22 de octubre, a los 93 años, partía de este mundo Miryam Kurganoff de Gorban (Kita para sus más cercanos), una referente indiscutida de la Soberanía Alimentaria en el país y en el mundo, una de esas personas imprescindibles que hacen historia.
Fue una experimentada nutricionista, docente y militante incansable, fue sobre todo una mujer apasionada y valiente que defendió el derecho de los pueblos a la alimentación. Fue también una sobreviviente que estuvo secuestrada en un centro clandestino de detención durante la última dictadura y que luchó contra el horror de esos años.
Trabajó junto a eminencias de la medicina argentina como el Dr. Ramón Carrillo en el Ministerio de Salud y el Dr. René Favaloro en el Departamento de Alimentación del Sanatorio Güemes. En 1996 representó a la Argentina en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Allí hizo escuchar su voz ante los líderes mundiales hablando sobre el hambre desde una perspectiva soberana, una causa en la que fue pionera y que defendió toda su vida.
Fundó la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria en la Facultad de Medicina de la UBA donde formó generaciones de profesionales críticos sobre el sistema alimentario argentino. Se enfrentó a corporaciones, a los agronegocios y al sistema de producción y consumo. Estuvo en cada lucha socioambiental denunciando la concentración del mercado, el avance de los transgénicos, la imposición de los monocultivos y la mercantilización de la comida.
Fue reconocida en el territorio y en la academia. Recibió cuatro títulos de Doctora Honoris Causa: por la Universidad Nacional de Rosario (2019), la Universidad de Buenos Aires (2020), la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad de Mar del Plata (ambas en 2022). En 2020, fue declarada también Personalidad Destacada de los Derechos Humanos por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Kita nos enseñó que la alimentación es un acto político, que el diálogo de saberes no solo es necesario: es imprescindible, que los pueblos tienen derecho a decidir qué y cómo producir. Ella levantó con fuerza la bandera de la justicia alimentaria y acompañó con sensibilidad a cada comedor, huerta agroecológica, feria y olla popular.
Miryam dejó un legado enorme y todo lo que sembró seguirá presente en nuestros platos. Así como ella defendió de forma inclaudicable el derecho a una alimentación sana, segura, soberana y sabrosa, en su memoria nosotros seguiremos luchando por la nutrición de los pueblos y por la dignidad en la mesa de cada familia.