Desde el año 2015, el 26 de Julio se convirtió en una fecha clave para crear conciencia sobre la importancia del cuidado y la defensa de los ecosistemas manglares. Este día fue establecido por la Conferencia General de la UNESCO quien se comprometió a velar por su conservación.
Los manglares son ecosistemas que se encuentran en las regiones tropicales, en la interfaz de la tierra y el mar. Si bien están presentes en 123 naciones y territorios, globalmente son poco frecuentes. Representan menos del 1% de la totalidad de los bosques tropicales del planeta. Compuestos por humedales boscosos, se caracterizan por albergar una gran diversidad de especies.
Son un hábitat de cría para peces y crustáceos, fuente de néctar para las abejas y proveedor de alimento para aves, monos, canguros y ciervos. Son considerados uno de los ecosistemas más productivos de la biosfera. Aportan bienestar, seguridad alimentaria y protección a las comunidades costeras.
Además, junto con las praderas marinas y marismas, integran los denominados ecosistemas de carbono azul, encargados de absorber y almacenar durante largos períodos de tiempo grandes toneladas de carbono. Por este motivo, los manglares suelen ser considerados como una “solución basada en la naturaleza”, es decir, es posible apoyarnos en su capacidad de ser sumideros de carbono para mitigar o adaptarse a los impactos del cambio climático. También actúan como una defensa costera natural ante el aumento del nivel del mar, las inundaciones, los tsunamis y la erosión, reduciendo la vulnerabilidad a los peligros naturales.
La degradación y desaparición de estos ecosistemas se está acelerando, generando graves impactos ecológicos. Se estima que más de tres cuartas partes de los manglares del mundo están en peligro, incluyendo a todas las especies marinas y terrestres que dependen de ellos. Algunos de los factores que producen su deterioro son: la deforestación, la contaminación y el aceleramiento del cambio climático.
Por este motivo, la UNESCO decidió actuar y se comprometió a nivel científico y político a proteger, gestionar o restaurar los ecosistemas de carbono azul, que desempeñan un papel clave contra el cambio climático y son muy importantes para la biodiversidad, la protección de la costa y el bienestar de las comunidades locales.
Conocer el valor de los manglares es clave para involucrarnos en su defensa. Todavía estamos a tiempo de emprender proyectos de restauración para recuperar zonas que han sido afectadas por la degradación ambiental, pero esto requiere de aunar compromisos internacionales y nacionales para acelerar la conservación de los manglares. Desde nuestro lugar es sumamente importante seguir cultivando hábitos sustentables, conocer más sobre los servicios ecológicos de este imprescindible ecosistema y compartir con nuestra comunidad para que cada vez seamos más los defensores de los manglares.