El concepto de un “Día Mundial de los Océanos” fue propuesto por primera vez en 1992 en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, como una manera de celebrar los océanos que comparten los países de mundo y nuestra relación personal con el mar, así como para crear conciencia sobre el papel crucial que estos desempeñan en nuestras vidas y las distintas maneras en que las personas pueden ayudar a protegerlos. La Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) patrocina la Red Océano Mundial, que desde el 2002 juega un papel fundamental en la organización de eventos para sensibilizar al público sobre la importancia del océano cada 8 de junio.
¿Por qué decimos que son importantes los océanos? ¿Por qué cuidarlos? Porque en ellos habitan organismos que se encargan de absorber un 30 % de las emisiones de dióxido de carbono – uno de los gases de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global-. Al mismo tiempo producen alrededor del 50 % del oxígeno que los seres vivos necesitamos para respirar. Hablamos del fitoplancton. Además, los océanos albergan una red de organismos altamente diversa, de la cual los seres humanos, sacamos provecho de distintas maneras, ya sea en la obtención de alimentos o en el turismo.
La importancia de los océanos se encuentra resaltada en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, bajo el título de la “Vida Submarina” y la Agenda 2030 establece la necesidad de protegerlo y controlar las actividades en torno a él, como, por ejemplo, la pesquera. Entre las metas, se propone reducir la contaminación marina producto de las actividades antrópicas en los continentes atendiendo al vertido de pesticidas, reducir al mínimo la acidificación en los océanos y conservar al menos el 10 % de las zonas costeras y marinas.
¿Sabías que la basura que flota o está en el fondo del océano proviene de las ciudades en gran medida? ¿y que esa basura está constituida mayormente por plásticos de un solo uso, que luego de un cierto tiempo y bajo la acción de las olas y el sol comienza a degradarse? Lamentablemente no desaparece, solo se fragmenta en microplásticos. Éstos son filtrados por animales de la red trófica que forman parte de la dieta de peces y mamíferos marinos y a su vez son alimento de los seres humanos. Con lo cual, todos terminamos comiendo microplásticos.
Por otro lado, los derrames de petróleo ocasionan no solo el empetrolamiento de aves marinas, también afectan a los mamíferos marinos, quienes lo ingieren accidentalmente. En este caso, los hidrocarburos van tapizando el tracto digestivo impidiendo que puedan asimilar los alimentos, con la consecuente muerte por inanición.
Y a todo lo dicho anteriormente, podemos sumar el efecto del calentamiento global que produce un aumento de la temperatura del agua y por lo tanto, las especies que no pueden adaptarse a este cambio van camino a la extinción, provocando la falta de alimento de otras especies y así sucesivamente. Sin olvidar el derretimiento de los cascos polares, que dejan a muchos animales sin su ambiente.
Me pregunto si es posible pensar en océanos sanos. ¿Será posible evitar que lleguen todo tipo de contaminantes a él? Si bien, no podemos volver el tiempo atrás con todo lo que hemos provocado, podemos corregir el rumbo: prevenir la catástrofe climática, detener la creciente ola de contaminación, y frenar la pérdida de biodiversidad. Es imprescindible que quienes estudian los ecosistemas marinos den a conocer no solo la problemática, también es necesario involucrar a la sociedad en la toma hábitos amigables con nuestros océanos.
¡Protegerlos y conservarlos es una tarea de todos, para todos!
Podés seguir leyendo en:
http://los17ods.org/los-17-objetivos-para-2030/oceanos/
https://www.un.org/es/observances/oceans-day
https://unworldoceansday.org/
Laura Ruiz
Técnica Universitaria en Conservación de la Biodiversidad
Educadora ambiental. Divulgadora Naturalista